Es curioso que expresiones tan actuales como snob y spa tengan su origen en el latín, al que se acude a menudo para designar conceptos nuevos.
Un snob es una persona que imita con afectación las costumbres, las maneras o las opiniones de los que considera de clase alta, con la intención de aparentar como ellos.
Esnob es la adaptación al castellano del acrónimo inglés s.n.o.b, que procede del latín sine nobilitate (sin nobleza).
Los actuales spa, donde se aplican técnicas de hidroterapia, se originaron en el antiguo Imperio romano. Los legionarios, buscando alivio de las heridas, construían baños de aguas termales. Los tratamientos que se ofrecían se llamaban salutem per aquam (curación por medio del agua)